31/10/07

ADIOS, ESTA VEZ, HE DE DECIRLO YO AUNQUE NO LO SIENTA

Te encontrabas sentada en la habitación, no dije nada, me acerqué a vos pensando en pensar unas palabras entes de marcharme para siempre. Pobremente sólo pude darte una mirada, cogí mi maleta y dí media vuelta dispuesto a caminara hacia la puerta, abrirla y no volver más. Pero no, no fue así, me habías echado sin decir adiós, sólo me besasteis y comprendí que a quien tú buscáis no soy yo. Hartamente estúpido de lo mismo y estúpidamente harto de mí, lo pensé dos veces y me volvía hacia ti, camine con paso apresurado, rodillas temblorosas y voz dubitativa, sólo formulé "¿me dejaréis ir así? ¿sin siquiera una respuesta? ¿sólo un beso vacío y ya?" no pude contener las lágrimas que desde años atrás en mis ojos se habían acumulado, así que discretamente cerré los ojos y liberé un par, sólo respondisteis con silencio y una mirada que sólo un ciego no podría interpretar "de acuerdo, está bien, ya lo pillo, supongo que siempre será así" regresé a la salida, y le utilicé. No quise pensar en esa mirada de nuevo, no quise pensar en vos aquella noche y... no lo logré; estabas en mi pensamiento, en mi mirada, aún en mí, incluso ahora en estas lineas que escribo... de tu esencia era cautivo, maldito corazón mío que no te pudo borrar esa noche, en la que entre los brazos de las sábanas de un hotel y la soledad me perdí ebrio de llanto y llorando desamor.
A la mañana siguiente me dirigí a mi trabajo de oficina, edificio estúpido que también albergaba vuestro cubículo a mi lado, vi ondular tu cabello por encima de las paredes improvisabas que nos separaban, pero no te pude ver como antes, debido a aquella pared que ahora tu habías impuesto, esa noche te llamé. Y por el auricular del teléfono escuché tu voz diciendo que todo estaría bien y que continuaría como antes "antes de conocernos" pensé, y en silencio me eché a llorar de nuevo... maldito corazón mío, maldito seas... hoy en la mañana ha sido lo mismo tu cabello por encima de esa pared, tu mirada que no se filtra en mis ojos por más que trate y las charlas monótonas acerca de nuestro estúpido jefe, la rutina de antes, no creía poder tolerarla, pero mentiré y diré que lo hago, y cuando me emborrache seré yo quien diga y soltaré una carcajada falsa, y con ella otro par de lágrimas tan dolorosos como los que se escabullieron entre mis párpados aquella noche... mañana te veré, en el mismo cubículo y con la misma sonrisa de la que me enamoré, con la misma mirada en la que me encanta viajar, olvidarme de mi y entre versos describirla sin exactitud ni los halagos suficientemente aptos para demostrar su no-sé-qué que me hace sentir tan estúpido para articular frase coherente alguna, pero tan hábil para componer malos versos...

No hay comentarios: